5 ventajas de los ascensores eléctricos

 

 

Los ascensores eléctricos son unos de los primeros ascensores modernos y los más ampliamente usados en las comunidades de vecinos.

Recordemos que España es uno de los países con más ascensores por habitante, pues la media está en casi veinte por cada mil, por lo que su uso está mucho más generalizado que en otros países con mucha más población.

En este artículo vamos a explicarte las múltiples ventajas de los ascensores eléctricos, subsumidas todas ellas en cinco grupos:

Versatilidad constructiva “llave en mano” y revalorización automática de las fincas

Cuando en la comunidad de vecinos acordamos adquirir un ascensor para nuestro edificio y el gestor levanta acta de la reunión, en todos los miembros que tomamos la decisión suele mezclarse un sentimiento entre la ilusión y la frustración porque se dibuja ante nosotros un largo camino desde el momento que se aprueba la decisión, pasando por los trámites de pedir los permisos al ayuntamiento, solicitar y ser concedidas las oportunas subvenciones, encontrar una compañía competitiva, que esta elabore el presupuesto, que empiecen las obras y que, al fin, se ponga en marcha el “milagro” que todos los vecinos estábamos esperando: el ascensor.

Afortunadamente, todo queda en el dibujo. Las compañías fabricantes y distribuidores de ascensores eléctricos sirven la obra “llave en mano”, de modo que no solo se ocupan de la instalación sino también de todos los trámites burocráticos que implica.

Por otra parte, los ascensores eléctricos destacan por su amplia versatilidad constructiva. Pueden construirse en casi cualquier espacio, de forma que ninguna finca pueda quedarse sin su preciado complemento. Si el hueco de la escalera es demasiado pequeño -típico caso de los edificios antiguos-, previo permiso del ayuntamiento podrá usarse la fachada o bien el patio de luces… o incluso reconstruir la escalera si no hay otra alternativa. Además, hay que apuntar que los ascensores eléctricos ahorran espacio porque no necesitan de la instalación de cuadro de máquinas.

Por último, y esta ventaja la comparte cualquier tipo de ascensor, cabe señalar la nada desdeñable ventaja de la revalorización del edificio. La revalorización de los pisos más altos del inmueble es directamente proporcional a la existencia o no de un ascensor. De hecho, hay casos en los que se ha solicitado la instalación de un ascensor para vender una finca antigua a un precio entre el 20 y el 40 % superior al que tendría en el mercado sin este artilugio.

Un ascensor es ideal tanto para gente mayor con problemas de movilidad como para parejas jóvenes que van con los carritos de los niños. Su uso es universal y, a todas luces, imprescindible (¿a quién le gusta subir las bolsas de la compra a un quinto piso sin ascensor?).

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Ventajas tecnológicas: rapidez, altura, eficiencia energética, confort…

Sin duda alguna, la tecnología de un ascensor eléctrico despunta frente a la de un ascensor hidráulico. Entre las que podemos apuntar en este apartado está su rapidez. El ascensor eléctrico es notoriamente más rápido en la ejecución de su movimiento y trayectoria que el hidráulico y la rapidez es uno de los factores que rigen al decantarse por un sistema u otro.

Por otro lado, como su nombre bien dice, los ascensores eléctricos están al cien por cien accionados por energía eléctrica. De hecho, podemos referirnos a ellos como elementos electromecánicos, ya que es la electricidad la que hace mover el mecanismo. Lo que a todas luces podría suponer una desventaja por un consumo desmesurado se convierte en una ventaja más por los motivos siguientes:

Primero, porque en realidad los ascensores eléctricos consumen menos energía -por lo tanto son sostenibles con el entorno- gracias a las nuevas tecnologías, que permiten instalar máquinas sin reductor (permiten un ahorro energético del 42 %). Además, hay que añadir los sistemas de apagado automático de luz cuando se detecta que el ascensor no está funcionando, lo que trae consecuencias positivas para la factura de luz comunitaria.

Otra de las ventajas a nivel tecnológico que los diferencian de sus competidores, los ascensores hidráulicos -y que incide también en el ahorro energético-, es el confort del que se goza con su uso, ya que gracias a la incorporación de variadores de frecuencia, estos ayudan a efectuar paradas precisas y sin brusquedades a la vez que disminuyen vibraciones molestas.

Relacionado con este punto del confort proporcionado por el variador de frecuencia está la disminución del ruido, una de las quejas tradicionales de las comunidades de vecinos sobre este tipo de ascensores. Esto se consigue incorporando en los medios de tracción cables de poliuretano en la envoltura, que disminuyen el ruido hasta hacerlo prácticamente inaudible.

Fácil reparación y/o reposición de componentes

La popularidad en su uso lleva a que, en el caso eventual de que haya que reparar alguna pieza o deba sustituirse, encontrarla será una tarea mucho más fácil que aquel ascensor en desuso cuyas piezas solo pueden hallarse en ámbitos muy reducidos o que simplemente no existan.

Por otra parte, los ascensores eléctricos se sirven con un seguro de mantenimiento de la empresa fabricante o distribuidora, por lo que se suele llevar a cabo una inspección técnica cada cuatro años.

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Mantenimiento a tres bandas y asegurado

Es común no darle importancia a las tareas de mantenimiento, no ya en lo relativo a los ascensores eléctricos, sino a los aparatos electromecánicos en general. Se puede desoír en cierta medida el mantenimiento de un ordenador personal, pero un ascensor transporta gente y aunque sea muy difícil que se produzca un accidente con consecuencias realmente catastróficas, la posibilidad existe.

Por ello las tareas de mantenimiento deben observarse, ser periódicas y realizarse por personal autorizado y altamente cualificado, a poder ser de la compañía con la que se tiene contratado el ascensor.

El mantenimiento correctivo es aquel en que el equipo interviene una vez producido el fallo, mientras que el mantenimiento preventivo es el conjunto de técnicas cuyo objetivo es evitar la reparación correctiva. Por ejemplo, si el técnico observa en una de sus inspecciones rutinarias que a los leds que iluminan la mochila del ascensor les queda poco margen de vida, asegurará su restitución antes de que puedan llegar a apagarse con algún pasajero dentro. 

Por último, el otro tipo de mantenimiento que se lleva a cabo en los elevadores electricos es el llamado mantenimiento predictivo, aquel por el que se asegura el rendimiento y la disponibilidad de los elementos que componen la máquina revisada. Se trata de la revisión o la comprobación de todos los elementos del sistema, su vida prevista y su vida útil, por medio de un programa de detección de anomalías.

La suma de los tres mantenimientos asociados a este tipo de ascensores conlleva seguridad y un funcionamiento óptimo.

Seguridad intrínseca: son los elevadores más seguros que existen

Si hay algo por lo que los ascensores eléctricos aventajan a los hidráulicos es por los estrictos controles de seguridad con los que están fabricados. Si hay alguna imagen recurrente que viene a la cabeza del pasajero cuando se habla de la seguridad en el ascensor, esa es la de sentirse atrapado dentro de la mochila, caer en el hueco del ascensor o caerse con el ascensor por su hueco.

La imaginería popular, incluso la industria cinematográfica, se han hecho eco de ello en producciones que han creado un mito y que se han saldado incluso con fobias específicas al ascensor, como quien tiene fobia a los aviones o a las arañas. Nada más lejos de la realidad. A modo de síntesis, los expertos opinan que el ascensor es el medio de elevación más seguro que existe, así como lo es el avión como medio de transporte comercial.

Podríamos pensar en muchas casuísticas por las que sentirse inseguro. Por poner el ejemplo más común, como son elementos electromecánicos, que cuando se corte la luz de la escalera el pasajero quede “atrapado” en la cabina y con miedo natural a caerse por el hueco. Es un temor infundado. Primero, porque este tipo de ascensores están pensados para poder evitar que su talón de Aquiles (el suministro eléctrico) sea un problema. En caso de fallo eléctrico, siempre existen las luces de emergencia y el centro de control que prevé tal fallo y establece las prerrogativas de seguridad adecuadas para “anclar” la mochila, esté en el punto en el que esté.

Asimismo, por ley se establece la obligación de contratar una línea telefónica que permita estar conectado las 24 horas con los servicios de emergencia y mantenimiento, por lo que el aviso de la incidencia (no accidente, enfatizamos) es inmediatamente advertido.

No mencionemos todas las demás casuísticas que la mente humana puede elucubrar, cómo caerse por el hueco al abrir la puerta del rellano al no encontrar la cabina esperándonos. Simplemente, la puerta del rellano no se abrirá si la mochila del ascensor no llega a su destino y activa el sensor para su apertura.

En efecto, los ascensores eléctricos son los dispositivos de transporte vertical de personas más seguros que existen en el mercado y esto es la garantía más válida que una compañía como SolutionLift puede ofrecer con gran orgullo y satisfacción.

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